LA PAREJA DESPUÉS DE LAS VACACIONES: ¿TOMAMOS UNA DECISIÓN?

"Si piensas que la aventura es peligrosa, prueba la rutina. Es mortal"

Paulo Coelho

En el anterior post os hablé de como la relación de pareja se puede fortalecer durante las vacaciones, o por el contrario, se puede convertir en un verdadero campo de batalla donde expresar todos aquellos cabreos ocultos que habíais acumulado durante todo el año y que con tanto tiempo juntos, salen a relucir tarde o temprano.

Por ello aumentan los procesos de ruptura después del período vacacional, aquellas expectativas tan altas que teníais en las tan deseadas vacaciones ha resultado ser el fin de la relación, ¿o no? Si queréis luchar por salvarla, os amáis y tenéis interés en resolver vuestras desavenencias, tal vez es el momento de acudir a un profesional, un terapeuta de pareja. 

Pero, si por el contrario, el distanciamiento físico y emocional hace tiempo que se había instaurado en vuestras vidas y las vacaciones era el último intento de acercamiento, es posible que uno de vosotros o tal vez los dos hayáis tomado la decisión de separaros, si es así, también podéis acudir a un terapeuta de pareja que os ayude a transitar por ese largo y la mayoría de las veces, traumático proceso.

Generalmente la decisión de separarse llega tras un doloroso período donde predomina el conflicto, la lucha cruel, los intentos de reconciliación, la escasa y pobre comunicación y donde la tristeza y la rabia son ya parte del día a día. Durante meses e incluso años, la pareja es consciente de que la cosa no funciona bien y, de alguna manera, se va alargando la decisión por temor a dar el paso, pero cuando se da, el momento tampoco supone una gran sorpresa, porque se ha ido anticipando la ruptura. Otras veces, no hay señales previas y la ruptura llega inesperadamente, resultando traumático para la persona.

Sea como sea, no es fácil para ninguno de los dos, independientemente de quien haya dejado a quien, y en ningún momento lo sintáis como un fracaso personal, un sentimiento que nos viene dado por algunos prejuicios que tenemos bien interiorizados, como por ejemplo, que una pareja es para toda la vida. ¿Y si no funciona? ¿Nos castigamos el resto de nuestra vida?

Recordad que habéis vivido momentos agradables con esa persona (salvo excepciones) y que ahora no tiene por que ser vuestro peor enemigo/a.

Si estáis interesados/as en formar parte del grupo de ayuda para personas en procesos de separación/divorcio, os podéis poner en contacto conmigo a mi correo personal: sangutiba@gmail.com.

SexAdelante!